miércoles, 9 de septiembre de 2015

Traición

No suelo escribir mucho aquí. Para vomitar un par de idioteces es mucho más fácil el fotolog. O tragar, tragar es muy fácil aunque traiga dolorosas consecuencias. Y además aquí hay demasiado de la Gali adolescente que es casi como una extraña para mí. Pero hoy tengo que hacerlo. Necesito hacerlo. Necesito vomitar todos esos sentimientos o pensamientos, por que creo que es lo mejor. Podría enfadarme, poner un comentario totalmente fuera de mí, pero no creo que sea lo correcto o lo más inteligente. Porque una de las grandes diferencias entre yo y la Gali adolescente es que ella era tonta, crédula y no pensaba las consecuencias de sus acciones. Pero eso no tiene nada que ver conmigo. Y realmente quiero soltar esto, respirar hondo y seguir adelante, aunque en el fondo sé que no voy a olvidar esto así como lo sucedido hace tantos años, pero creo que me sentiré mejor después de hacerlo al menos.

Para los que no lo sepan sufrí un desengaño amoroso hará unos siete años, y realmente fue un punto de ruptura en mi vida, un punto en el que cambié, un punto desde el que nada fue igual. Simplemente la persona que era yo murió. Estaba tan maltratada que no pudo aguantarlo. Por supuesto esa persona trató de matarse físicamente algunas veces, aunque no tuvo éxito, es difícil cortarse las venas con la suficiente profundidad o fuerza cuando las lágrimas no te dejan ver y te tiemblan las manos, o atiborrarte de pastillas cuando tienes un nudo en la garganta que lleva días sin permitirte tragar alimento alguno. Si hubiera tenido acceso a una pistola en ese momento y todo hubiera sido tan fácil como apretar un botón, estas manos hoy no escribirían esto. No voy a agradecer este hecho, pues quizá, si la persona que escribe hoy tuviera esa pistola en las manos quizá no hoy ni mañana, pero en algún momento querría apretar ese gatillo y acabar con todo. Pero he crecido, y probablemente sentiría remordimientos ¿Acaso le haría eso a su madre pese a que no sienten un gran afecto? ¿Provocaría el llanto y las preguntas atormentadas a alguien? No sé si sería capaz, pero tampoco es el tema que nos ocupa.

El caso es que por azares del destino averigüe que recientemente que esa persona que terminó por partir en dos todo aquello que yo era escribió una entrada en un blog sobre nuestra relación y despedida. Al leerlo el corazón se me desboco y solo pude sentir ira. Aquel sádico creía que había salvado a aquella adolescente idiota de la muerte y que aquella era su redención. Es simplemente vomitivo como alguien que te hizo tanto daño y jugó contigo hasta limites insospechados es capaz de creerse tu salvador y creer que estas viva gracias a él. Yo le amaba, le escuchaba, trataba de entenderle... Era una necia, una niña. Él era mayor. Él sabía mejor que yo como funcionaba el mundo y aún así se permitió el lujo de recitarme poemas y hacerme promesas que ni yo le había pedido ni él iba a cumplir. Claro, que yo era una adolescente de 17 años idiota, sola y desesperada por un poco de calor y compañía y sólo podía creerme sus palabras y sentirme afortunada. Años después, con más perspectiva y conocimiento solo hubiera deseado que hubiera habido alguien a mi lado que me hubiera advertido y que me hubiera dicho que no me dejara embaucar por semejante zorro. Por que me embaucó, me prometió y me habló de mil cosas, me subió a lo alto para dejarme caer. En su post de fantasía alega que "veníamos de mundos distintos" y no he visto una excusa más barata desde el "no eres tú, soy yo". Cuando alguien quiere a otro alguien no hay diferencias que valga, y si hay obstáculos se saltan o se bordean juntos, para una cosa que es fácil en las relaciones humanas... Por que no importa lo cerca que os hayáis criado el uno del otro, lo parecida que haya sido vuestra educación o entorno, cada persona es un mundo y es en una relación intima cuando surgen esas diferencias... Pasa en todas las relaciones y quien deshecha la relación al comienzo de esta por este motivo es que no le interesa la otra persona lo suficiente, y esto es así. Decir que me quiso en algún momento es decir una mentira, una mentira que me costó años ver debido a lo endiosado y sobreestimado que le tenía. Por que para colmo, se vanagloria de la promesa que me hizo porque "me mantuvo con vida". Una promesa cruel que me torturaba cada minuto de mi existencia ¿Cuando volverá? ¿Cuando me devolverá lo que es mío? ¿Cuando? Por supuesto la respuesta fue nunca. Era de esperar, lo que no podía esperar es que siete años despues se acordara si quiera de mi como para escribir una entrada sobre lo nuestro. Si hubiera tenido que apostar, habría apostado que ni recordaba mi cara ni mi nombre, al fin y al cabo me mintió en tantas cosas, diciendo que no iba a tener internet, que iba a cambiar de teléfono... Bonita sarta de mentiras para no decirle a alguien que no quieres saber nada de ella. La tortuosa promesa no la hizo por mí, la hizo por él, nadie quiere ser responsable de la muerte de una persona, y mejor estar con la conciencia tranquila mientras la otra persona vive torturada. Y aún tras eso aún tiene el valor de proclamarse mi salvador. Como si él hubiera sido más valioso en mi vida que las personas, los psicólogos, los tratamientos o incluso los artistas (El hecho es que Lady Gaga ha hecho mucho más por mí que este patán, y de hecho he pasado más tiempo frente a ella que frente a él)que me han hecho llegar a dónde estoy hoy. Cuando fue él el que precisamente me rompió.

Siendo sincera, morí. Nunca volví a ser la misma. Pasaba días encerrada sin comer y sin apenas dormir. Era un cuerpo vacío que se pasaba horas sentado en el suelo con la mirada perdida. Olvidé que me gustaba, que me hacía feliz o quien era yo porque se lo entregué absolutamente todo a un desconocido que jugó con mi yo adolescente sin despeinarse. Y si me preguntasen aún podría describirle, contar sus aficiones, hablar de su familia, porque para colmo me entregué a una relación en la que básicamente hablábamos de él. El quería esto, él soñaba con aquello... Y cuando él empezó a conocerme algo mejor quiso cambiarme. Y aún se jacta de haberme salvado.

Tuve que aprender a hacerlo todo de 0. Tuve que averiguar que era lo que me gustaba tras haber quedado vacía, que me hacía gracia o que me hacía feliz ¿Quien era yo? ¿Qué era hablar? Había semanas en las que no intercambiaba palabras con nadie, la boca se me secaba y la lengua se me entumecía tras tanto tiempo sola en silencio. Y hubo cosas que nunca pude recuperar. No he vuelto a cantar, y casi no he vuelto a dibujar... Y las cosas que escribo el día de hoy son radicalmente distintas a las que era capaz de escribir antes de todo aquello. El hecho es que la mayoría de aficiones que tengo ahora o ciertas posturas y pensamientos que tengo ante la vida, solo soy capaz de remontarlas atrás 5 o 6 años, porque más allá solo hay un gran vacío, un agujero muy negro y profundo. Y lo peor... Jamás volví a confiar en nadie. Desde entonces nunca hablo de mí. Nunca hablo de lo que me preocupa, de lo que me molesta o de lo que me enfada, ni si quiera con mis más allegados. Por que una vez confié en una persona que no solo no se merecía esa confianza, si no que me engañó y jugó conmigo. Y si de por sí tenía pocas habilidades sociales, perdí la capacidad de confiar y expresar con libertad lo que sentía, por si alguien volvía a intentar reprimirme o por si se daba cuenta de que yo no era tan perfecta como parecía y me volvía a dejar tirada... Cuando la nueva persona que había crecido dentro de este cuerpo tuvo la suficiente perspectiva para ver todo lo cruel que había sido no pude si no sentirme prácticamente violada. Un adulto jugando y prometiendo mentiras a una adolescente risueña que no deseaba ningún mal a nadie, que tenía mucho amor que dar y pensó que podía volcarlo en aquel que la mentía y el que años después se escuda en que "eramos de mundos distintos" cómo si la vida se tratase de un drama barato.

Y todos estos años permanecí en silencio, sin olvidar nada por supuesto. Dejando pasar e ignorando todo lo que sabía de él porque aquello era lo mejor para mí. Pero escribir una entrada sobre nuestra patética relación y despedida en la que casi tuve que amenazarle de muerte para que me diera un mísero beso es algo que me enerva y que no comprendo. No podía olvidarme sin más, o recordarme levemente como una ex loca de por ahí, no, tenía que escribir hablando de su errónea percepción de mí y de como él se ha perdonado todo lo que hizo porque estoy viva, como si él tuviera que ver remotamente con el hecho de que yo esté viva. Me hace sentir sucia. Me hace sentir nauseas. Es nauseabundo que alguien que te engañó, te mintió, y jugó contigo hasta el punto de no importarle torturarte psicologicamente con tal de tener la conciencia tranquila se crea en la posición de decir que estás viva gracias a él. Es que ni si quiera me cambió. No aportó nada en mi vida que me hiciera ver las cosas de otra manera o ser mejor persona. Mi yo adolescente tenía una vida de mierda, carente de amor, afecto y de otras muchas cosas. Él llegó, soltó sus frases bonitas e ingeniosas y lo único que hizo fue sacarme momentáneamente del agujero para luego dejarme caer desde lo alto a un agujero aún peor. Me enseñó lo bonito que podía ser todo, las cosas maravillosas que haríamos juntos, hasta que él decidió que mejor conmigo no "que vengo de otro mundo", sin consultar ni preguntar. Y me dejó tirada sin más. Me dió el golpe que me terminó de romper. Por que ni si quiera él me deprimió, yo ya estaba mal antes de conocerme y él lo sabía, él solo jugó conmigo, debía ser un buen entretenimiento mentirle a alguien en esa situación, se sentiría útil y sentiría que me ayudaba, pero cuando se cansó o descubrió que yo no era lo perfecta que él quería, no le provocó reparos tirarme como a una muñeca rota. Él me terminó de matar. En otras circunstancias habría sido muy distinto, pero desgraciadamente para mi yo adolescente, no lo fueron.

¿Y que hago con esto? ¿Paso? Sería lo mejor. Pero también tengo la necesidad de hacerle saber que me parece un ser despreciable y que me avergüenza lo que ha escrito. No tenía necesidad de escribir sobre unos sucesos que duraron un par de meses hace siete años, parece que sólo quiere alimentar su ego y proclamar al mundo que salvó a una persona, omitiendo lo mucho que la torturó y que su salvación no es tal, accedería a que se lo creyese si me hubiera pagado la factura del psicólogo o si remotamente hubiera hecho algo por mí, pero no se ha dado el caso. También me gustaría decirle que me devolviera mi estúpido anillo, para ponerlo al lado de los preciosos anillos que recibí después para poder sentirme afortunada de no haber tenido una relación larga y miserable con ese infraser, si no con gente que me ha tratado mejor y ha comprendido mis gustos y necesidades. De hecho ni me hace falta, en una feria medieval vi uno parecido y me lo compré. Aunque piense en él cada semana y aunque sé que hasta que no muera o sufra Alzheimer será así el resto de mi vida, me lo compré porque aquel día no me apetecía que a parte de que hubiera destrozado a mi yo pasado, amargase a mi yo del presente. Pero no, en este mes tenía que escribir sobre mí y amargarme la existencia, eso sí,de manera mucho más ligera que hace siete años, demos gracias al cosmos por ello.

En su ficción dice que eramos dos personas que sentíamos lo mismo... Esa era toda la atención que me prestaba, ni si quiera sabe que sentía yo. Dentro de mí había colores, mariposas, fuegos artificiales, y si hubiera sentido tan si quiera una décima parte de lo que yo sentía no me hubiera echado de su vida con cajas destempladas. Y dice que recuerda mis lágrimas... Cuando no vio ni una centésima parte de las que derramé. De hecho al final ni tan si quiera era ya capaz de llorar, aquel dolor era demasiado intenso para derramar lágrimas. Preferiría que recordase mis lagrimas cuando él mismo las derramase, aunque fuera por otro motivo, porque cada vez que estuviese triste o llorase debía recordar mi tristeza y saber que aquello que le hubiera hecho entristecer se lo había merecido, que el karma le estaba trayendo lo que él había sembrado en mí. Él debería cargar con el peso de lo que me hizo, no autoperdonarse para sentirse mejor, es caer en el mismo error de la promesa que me hizo a mí con la única intención de sentirse él mejor. De nuevo todo es él, él, él, lo cual evidencia lo poco que me quiso (cosa que en realidad no creo ni que sucediera) y que en ningún momento ha sido capaz de dejar de ser egoísta o de ponerse por un mísero instante en la piel de otra persona que no sea él mismo.

De nuevo se sumerge en su mundo de color de rosa, habla de nosotros en un banco idílico bajo un roble, de nuestra emotiva despedida... No dice que me dejó tirada en una estación, de cómo tuve que entrar en el centro comercial cercano a comprar ropa para sustituir la que había manchado con mi sangre y del estado en el que debía de verme y encontrarme cómo para que la vigilante de seguridad dejara su puesto durante cinco minutos para abrazame y consolarme. No habla de cómo pasé seis horas sola en una ciudad desconocida sin nada que hacer más que llorar o de cómo tuve que tragarme las lágrimas para llamar a mi madre diciéndole que no iba a dormir a casa, que me quedaba con una amiga cuando en realidad iba a pasar la noche en un inhóspito autobús de regreso a casa. Tampoco habla de cómo no he podido volver a esa ciudad, cada vez que la he pisado me he disgustado, llorado y/o vomitado y me he ido lo antes posible. La visión de la miseria que había sufrido allí era demasiada como para ver de nuevo esa estación o ese centro comercial en el que una desconocida tuvo más atenciones y misericordia hacia mí de las que tuvo él, que se supone que me quería. Y tampoco habla de cómo decidió "dejarme" dos días antes de que yo me fuera de viaje al extranjero, amargándome por completo lo que podía haber sido una estupenda experiencia, por que fue un infierno en el que yo no tenía internet y no entendía como en un día todo era maravilloso y al siguiente me pudo decir "Lo mejor para los dos(En realidad para él, por supuesto) es que lo dejemos". No me dio mas explicaciones y yo tampoco podía contactarle para pedirselas, pero claro, a quien le importa que yo pasara una semana comiéndome la cabeza y preocupada mientras él estuviera tranquilo tras haber hecho y dicho lo que quería.

Y él cree que quería dejar este mundo porque sin él la vida no tenía sentido. Pues bien, lo que me hace hoy querer no estar en este mundo es que haya personas como él. Quería morir porque después de sufrir soledad, abusos y abandono durante 17 años tuve que encima aguantar a un gilipollas que le apetecía recitarle poemas a la primera gilipollas que pasara aunque no sintiera gran cosa por ella, con la mala suerte que tuve que pasar yo. Y me dan ganas de vomitar el que encima tenga que leer que esa persona se crea mi salvadora. Escribe que para mí era LA persona. Pues sí, es LA persona. La persona que más daño me ha hecho, la persona que hace todos mis miedos reales, la personificación de mis peores pesadillas, el recuerdo de lo inocente y crédula que era y de cómo alguien puede aprovecharse de ello. Sí. ESA persona, a la que jamás podré olvidar, cosa que de verdad que desearía.

Tenía que salvarme, alega. Cuando esperando a que cumpliera la promesa que según él me salvó, cuando esperaba volviese a mí y me devolviese mi anillo, me autolesioné más veces de las que lo hubiera hecho si no me hubiera dado falsas esperanzas. Porque me desesperaba la espera, era culpa mía, no fui lo suficientemente buena, y la única forma de materializar aquél dolor era convertirlo en físico. Tengo un montón de cicatrices y marcas por su culpa, y aún así, se siente orgulloso de prometerme algo que no iba a cumplir porque lo hacía para salvarme. Vomitivo. Y lo peor es que ni si quiera yo le di mi anillo como él relata, yo lo tiré, porque al igual que yo estaba roto, el lo cogió del suelo y me hizo la promesa porque le salió del nabo. Ni mi última frase fue "Toma, mi anillo. Cuando volvamos a vernos me lo devolverás" por que el hecho es que por que él pensanse que veníamos de planetas distintos no lo significaba en realidad eso, teníamos gustos comunes, y no es tan descabellado pensar que coincidiríamos en alguna que otra convención de videojuegos... Y hasta dónde él sabe no hubo ninguna loca gritando tras de él para que le devolviera su anillo. Pero claro, está demasiado ocupando pensando en sí mismo como para pensar que esa posibilidad existía, es mejor continuar siendo egoísta y mirando por y para uno mismo que mirar el mundo y las posibilidades que tiene. Pero claro, esto fue meramente casual, disculpable, pero escribir un post hablando de mí, de mi voz y mi piel blanquecina me hace sentir sucia y me dan ganas de meterme a la ducha una y otra vez para tratar de limpiar el cuerpo que él ensucia con sus palabras. Porque fue él fue el que cogió mi anillo y me prometió aquello, me prometió que nos veríamos y hablaríamos de nuevo, mintiéndome, otra vez. Y por lo visto piensa en mí lo suficiente como para escribir sobre lo nuestro o cerciorarse de que estoy viva, pero claro, era mucho mejor escribir una entrada en un blog inventandose la historia para que quedase más bonita, que tener cojones y hablar conmigo o preguntarme y así al menos convertir una de sus promesas en verdad.

No puede perdonarse por la falsa promesa que me hizo, por mucho que piense egocentricamente que con eso me salvó. Por que me salvé yo sola. Yo fui a los especialistas, yo hice lo necesario para mejorar, yo seguí adelante pese a lo mierda que me sentía y a lo sola que estaba. Yo, yo sola, luchando por nada cuando ni si quiera quería vivir. Yo sola, en una lucha constante contra el demonio que él hizo crecer en mí. Y me hace sentir putamente orgullosa el luchar día a día, él no hizo nada y no tiene derecho a arrebatarme mi triunfo. Y yo debería ser quien le perdonase por aquello, no él mismo. Aquella a la que conoció no sigue en este mundo, y yo no olvidaré lo que hizo y por supuesto, jamás se lo perdonaría.

Su gran perdón es parte de su gran mentira.

No hay comentarios: