domingo, 11 de mayo de 2008

Ella estaba sentada, esperando...aunque sabía que nadie vendría. A su alrededor un continuo tráfico de personas...Y seguía esperando. Se niega a rendirse, tiene que pasar.
Una petarda se sienta a su lado...está hablando por teléfono y grita al aparato diciendo que no le oye...Ella piensa que hay gente que necesita sonotones...sonríe levemente...Salidas, llegadas, llegadas, salidas. Hoy había visto al más guapo de todos...de todos los trastos que había en el museo. Él siempre estaba allí, igual que ella, sentada, esperando, deseando... Algo en su bolsillo vibra...Ella sonrie y lo saca de su bolsillo.
Despierta. Las estatuas no pueden hablar.

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